La frágil flor de pétalos esparcidos
Y tenue apariencia de agonía disfrazada
Destellaba su inmaculada inocencia
En cristalinas gotas de rocío.
Su sólida más aún efímera figura
Emanaba un ingenuo aroma agridulce
Que al compás de un fulguriento rojo bermellón
Coloreaba su insípido sabor.
Nadie se percató de su ausente presencia,
Pero ella inmutable y silenciosa
Permanecía sutilmente inmóvil
A los encantos de un otoño itinerante.
..Anenka..
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